Arrivee a la Paz le lendemain au petit matin dans un gros coltard. Pour oublier l etat des bus de nuit boliviens, nous avons achete un somnifere en partant de Cochabamba et l anesthesie fut totale. Il m a fallu quasiment la journee pour me reveiller, on ne m y reprendra plus!
Nous suivons nos potes chiliens et posons nos sacs au Bella Vista Hotel, juste a cote de l ecole militaire navale ( on se dit que l espoir de retrouver leur littoral est sans faille) et juste a cote aussi de la maison de la democratie en photo ci dessus...
Si alguna vez van a La Paz y se dan una vuelta por la parte pintoresca de la ciudad encontrarán un casco antiguo muy bien conservado, sospechosamente bien conservado, que tiene toda la pinta de ser un conglomerado de museos y que es, en efecto, un conglomerado de museos. El resto, todo, parece bombardeado por la Luftwaffe durante un ataque de hemorroides de Hitler. Pero dejando eso de lado, la ciudad tiene su encanto. Cochambrosa, caótica, sucia como ella sola, se extiende desde el fondo de una olla hacia arriba, trepando por cada espacio libre de la caldera hasta llegar al borde, a la... ehem... ciudad del Alto que acaba de cumplir sus primeros y prometedores 25 años de vida. No es una zona para gente con ambiciones estéticas, eso seguro, pero si logras tolerar sus 3600 metros por encima del mar, el ruido, la polución y la venenosa comida chaufa podrás visitar el Mercado de las Brujas, que solia aprovisionar a los chamanes de antaño con polvos alucinogenos y que hoy cumple idéntico cometido, pero sin chamanes y muchos hippies como clientes asiduos del lugar.
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