samedi 20 mars 2010

Samedi 27 Fevrier - La Paz - Copacabana - Isla del Sol


On se reveille tot au son du clairon de nos voisins de la caserne qui organise aujourd hui leur carnaval! Pas de diablada ici mais une cour remplie de gros bateaux, poissons et pirates en mousse...mais sans trop de regret nous ne profiterons pas du spectacle et allons prendre notre bus pour Titicaca. Le long trajet est sublime. Meme pas l envie de rester un samedi soir a Copacabana, nous negocions une barque et arrivons en fin d apres midi sur l ile du soleil.
Sur le port, des petits garcons nous accueillent nous proposant leur aide pour trouver notre hotel, nous grimpons avec nos charges respectives soit 20kg pour moi et 9 pour Carlos (CQFD) et devant les hotels, des petites filles nous repondent a maintes reprises "completo", "no cama matrimonial" mais les enfants, qu avez vous fait de vos parents? ou l inverse...
Bref nous le trouvons ce super squat face au lac, a l illampu et a ses autres montagnes voisines de la cordillere royale et profitons la lumiere de la pleine lune en mangeant enfin du poisson, une bonne truite " cocinada como quiere senorita" :-))))


Asi que volvemos a subir, esta vez rumbo al lago Titicaca, que no es el más alto pero según los bolivianos (fuente incuestionable, libre de todo chauvinismo) se trata del más grande que puede encontrarse a tal altura - 3800 msnm -. Poco importan estos detallitos cuando se llega al borde del lago y comienza la lenta travesia hasta la Isla del Sol, que junto a su hermana "Isla de la Luna" constituye el atractivo arquelógico más importante de la región, descontando Tiwanacu, claro esta.  Ahora bien, la riqueza arqueológica de la isla se reduce a un montón de piedras amontonadas, un pucará y un templo por el que se cuelan hilos de agua babosa. Para ser inmparciales, es una gran decepción para el Indiana Jones ocasional pero un hallazgo incomparable para el buscador de espacios abiertos y paisajes de tarjeta postal. Nada, a excepción de las panorámicas de un hipotético y calmo mar mediterraneo pueden compararse al espectáculo de las aguas del Titicaca vistas desde un peñón de la Isla del Sol. Desde alli arriba parecen pintadas de tan quietas que están, como si fueran de aceite, y un paseo a lo largo de sus orillas permite descubrir el relieve accidentado donde van a parar mis pobres huesos durante siete horas de una "ligera" caminata de altura. Al llegar la noche nos detenemos en las terrazas naturales del hotel para charlar con una pareja de chilenos, que son los primeros en informarnos la triste noticia del terremoto de Concepción que tuvo lugar a las tres de la mañana de este día trágico que vivimos tan despreocupadamente, como si nada hubiera sucedido...

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