Ruelles de Cachi, village considere a raison comme l un des plus beaux du nord ouest. Ce pueblecito est totalement isole et peu peuple sauf durant ce week end du festival du folkore calchique. On etait assez curieux du rendez-vous et malgre la pluie diluvienne, les amateurs de chacarera, gato et autres danses folkoriques etaient bien la et nous aussi. Contents d y etre meme si l ambiance etait finalement plus contemplative que festive et donc pas tres propice a mon initiation aux danses des gauchos...
Bajo una auguriosa tormenta veraniega comenzó el Festival de la Tradición de Cachi, provincia de Salta. Antes de llegar yo había especulado con la posibilidad de escribir algún tipo de artículo, de crónica folklórica. Sin embargo las fuerzas del mal se complotaron para frustrar mi aventura periodística: la temperatura descendió a dos grados durante la noche y su servidor, que ya de por si andaba un poco chueco, no tardó en perder la sensibilidad de ambas piernas y el glúteo derecho. Para combatir ese frio no se me ocurrió mejor idea que comer un poco de crudo asado congelado y el resultado no se hizo esperar: fiebre, nauseas, temblores, y un dolor de cabeza violento. Por suerte llevaba conmigo una botella de buen tinto, y recordando aquello de sus virtudes desintoxicantes me lo fui bebiendo ante la desaprobadora mirada de Marie, que no comparte esas supersticiones. Y a la mañana siguiente, Toro Viejo mediante, desperté folklóricamente curado, con mareos, pero curado. Gajes del oficio, que les dicen.
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