
Apres ces 2 jours tant paisibles a Iruja, je remercie tous les touristes qui m ont aide a convaincre Carlos de braver ces 5 heures de bus forcement epiques pour aller decouvrir ce petit bout du monde.
Por suerte, le pire nous attendait sur le chemin du retour, les petits ruisseaux etaient devenus grand torrents et tout l equipage du bus a decouvert avec emotions le "surf bus" et criait "encore, encore", mais Humahuaca, terminus, tout le monde descend.

Y si... Tarde o temprano nos teniamos que ir de Iruya para llegar a Humahuaca. De este último pueblo, además de la peregrinación de la Virgen de la Candelaria, no puede decirse gran cosa salvo que es bonita, austera, tiene un reloj cu-cu que no funciona, y alberga un monumento feisimo que en su tiempo debe haber costado un Potosí. La foto del mural que ilustra este comentario no fue elegida por azar. Me pareció el justo resumen de la vida norteña, con sus burros voladores, los conejos andando en bicicleta, el sonriente cactus melómano y la llama con remera y walkman, figura inevitable de la Quebrada. La frase, digna de Quevedo, significa o quiere significar que la gente puede ser cultura o que la cultura es un ser humanoide con mil cabezas y mil pares de patas, o algo asi. Pero se trata, aqui entre nosotros, de una de las imagenes finales antes de lanzarnos al torbellino de Bolivia (ahora que lo pienso, "torbellino" no es un calificativo adecuado para este pais). En todo caso, un homenaje al arte contemporaneo y autóctono de Jujuy. Ustedes juzgarán.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire