Luego de un intenso lobby logre poner una de mis fotos preferidas (la de la casita de Purmamarca con el cerro detrás) en detrimento de la del carnavalito, simpatica eso si, pero demasiado tilcareña para mi gusto. Porque se trata una instantanea del verano tilcareño, subterfugio de la Oficina de Turismo para neutralizar las celebraciones regionales y acaparar, en un solo pueblo, las fiestas previas al carnaval. De ahi que Tilcara, un tranquilo pueblo de montaña, se haya convertido en uno de los lugares mas asquerosamente caros de Argentina, sin que medie otra justificación que la consabida muletilla de "es para ayudar a los pobladores". En fin. A los pobladores los ayuda, sin duda, cobrar una habitación cinco veces por encima de su valor. Pero vamos, muchachos, que el carnaval nos pertenece a todos, o al menos eso me gustaba pensar antes de pagar la noche en el hotel. Un lugar sublime, una fiesta que se ha desvirtuado, y la sensación que el Tilcara, sea lo que sea que solia significar, se ha convertido en una prolongación de Villa Gesell, microbios y chinches incluidos...
Dernier cliche du village de Purmamarca et on reprend la direction de Humahuaca en decidant de faire une halte a Tilcara, autre village de la quebrada.
On arrive dans une tempete apocalyptique qui finalement ne durera que 20 minutes. On demande notre chemin et on nous indique la direction droite avec la main a gauche, c est pas la premiere fois et cela est tres inquietant. Bref, nous sommes alles faire l agreable ballade a la Garganta del Diablo et nous avons commence a nous mettre au diapason avec les defiles des " comparsas" qui s echauffent tous les soirs en vue du carnaval.
El motivo por el que estuve en uno de los Hoteles en Tilcara es por el Calendario de Fiestas Tradicionales ya que es uno de los incentivos turísticos más interesantes de Tilcara porque cuenta con actos que despiertan el entusiasmo de los visitantes.
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